Se encuentra la Casa de Don Andrés de Madariaga y Morales, Conde de Pestagua, que gracias a su legado histórico colonial ofrece una experiencia única e inolvidable. Su belleza arquitectónica refleja la suntuosidad de una época como pocas, que le permitirá a las personas trasladarse en el tiempo y sentirse parte de la historia de la hermosa Cartagena.
Ya sea para unas vacaciones de ensueño o celebrar un evento para una ocasión especial, la Casa de Don Andrés de Madariaga y Morales, Conde de Pestagua, es un lugar excepcional. Con su tamaño imponente, espaciosas habitaciones, piscina y gran patio interno, es una escogencia perfecta para sus necesidades.
La Casa de Don Andrés de Madariaga y Morales, Conde de Pestagua, es un lugar mágico, que conserva su arquitectura colonial, con ambiente acogedor que ofrece comodidad para la realización de sus bodas.
El patio, al aire, libre tiene capacidad hasta 220 personas sentadas con pista de baile y para cocteles tiene capacidad para 300 personas.
Salón Colonial con aire acondicionado para celebrar ceremonias civiles o simbólicas y cocteles de bienvenida.
La Casa de Don Andrés de Madariaga y Morales, Conde de Pestagua, es un lugar mágico, que conserva su arquitectura colonial, con ambiente acogedor que ofrece comodidad para la realización de sus eventos:
Patio al aire libre con capacidad hasta 220 personas sentadas con pista de baile, y en cocteles tiene capacidad para 300 personas.
Salón Colonial con aire acondicionado para reuniones, conferencias, almuerzos y cenas, para 50 personas cómodamente ubicadas.
Desayunos, Almuerzos y Cenas
Reuniones – Juntas directivas
Cocteles – Fiestas Empresariales
Convenciones y Congresos
Conferencias – Seminarios
La Casa de Don Andrés de Madariaga y Morales, Conde de Pestagua, es un lugar mágico, que conserva su arquitectura colonial, con ambiente acogedor que ofrece comodidad para la realización de sus eventos:
Patio al aire libre con capacidad hasta 220 personas sentadas con pista de baile, y en cocteles tiene capacidad para 300 personas.
Salón Colonial con aire acondicionado para reuniones, conferencias, almuerzos y cenas, para 50 personas cómodamente ubicadas.
Sala de estar, baño auxiliar y bar con mini nevera.
Sala con balcón hacia la piscina, comedor, cocina.
Habitación con dos camas semidobles.
Habitación principal tiene cama 2x2, tocador, mirador. Habitación: con dos camas semidobles y hamaca. Habitación: tiene 1 cama sencilla y una cama 2x2, hamaca. Habitación: Tres camas sencillas y una cama 2x2
Sala, comedor, baño auxiliar y cocina
Habitación principal con cama doble, sala estar, ventana hacia patio interior. Habitación: dos camas sencillas. Habitación: dos camas semidobles, balcón al patio.
Habitación con una cama doble, terraza y acceso al mirador.
La Casa de Don Andrés de Madariaga y Morales, Conde de Pestagua, es un lugar mágico, que conserva su arquitectura colonial, con ambiente acogedor que ofrece comodidad para la realización de sus eventos sociales y familiares.
Patio al aire libre con capacidad hasta 220 personas sentadas con pista de baile, y en cocteles tiene capacidad para 300 personas.
Salón Colonial con aire acondicionado para reuniones, almuerzos y cenas, para 50 personas cómodamente ubicadas.
Desayunos – Bautizos
Primeras comuniones – 15 años
Cenas y Celebraciones – Graduaciones
Aniversarios – Almuerzos
La primera parte de esta Casona la construyó un señor de apellidos ÁLVAREZ ARMENTA en 1650 y la continuó don ANDRÉS DE MADARIAGA y MORALES, CONDE DE PESTAGUA hacia el año 1750.
Fue rico, influyente y uno de los “Ilustrados” que con más saña persiguió a los Jesuitas. Fue comisionado en 1767 para notificarle a la Congregación en Mompox de su expulsión de éste y de todos los dominios del Rey Carlos III de España. El Conde era entonces Alcalde de Cartagena por designio del Rey. En 1769 le fue concedido por cédula real el Título de Conde de Pestagua.
Vivió muchos años en ésta casa disfrutando de los privilegios que le otorgaba la Corona: compra y venta de esclavos, importación de harina de trigo, tabaco y venta de aguardiente, pues compartía con el Marqués de Valdehoyos la propiedad del Alambique.
La Casa de Don Andrés de Madariaga y Morales, Conde de Pestagua, identificada hoy con el número 33‐29 de la Calle de Santo Domingo o Calle Real como se le llamaba en la Colonia, con su portal alto de prestigio y un balcón largo, símbolo de nobleza, es considerada como de primer orden dentro del conjunto amurallado.
El primer piso se destinaba a la servidumbre, esclavos y caballerizas. En el patio de entrada aún se encuentra el gran Aljibe donde se almacenaban las aguas lluvias que los techos recogían, pues Cartagena no contaba con un acueducto y esta casa suministraba el precioso líquido a las casas aledañas que el Conde construyó posteriormente.
Las escaleras imponentes conducen al segundo piso donde se encontraban las habitaciones del Conde y su familia y el gran Salón de Bailes y Reuniones, con rico artesanado en el techo, típico elemento de la arquitectura de Cartagena.
Ha sido casa de habitación de personas importantes. Hacia 1919 vivió en ella como inquilino Don Luis Patrón Rosano, Humanista Pedagogo y Gobernador de Bolívar en dos ocasiones. El propietario era Don Mauricio Toledo.
Pasó por sucesión entre los descendientes de don Andrés hasta 1940 cuando el presbítero Camilo Villegas Ángel “compró esta casona, alta de materiales, de antiguas construcciones, con techo de tejas, mampostería de cal y canto”. Como reza la escritura de la época; y vivió en ella como casa cural por varios años hasta que se la vendió a la Congregación Terciaria Capuchinas de la Sagrada Familia y fue su convento otros tantos años. Hasta que en 1981 pasó a ser propiedad de doña EPIFANÍA O. DE BERDUGO y sede del Colegio Sagrado Corazón de Jesús.
Vivió muchos años en ésta casa disfrutando de los privilegios que le otorgaba la Corona: compra y venta de esclavos, importación de harina de trigo, tabaco y venta de aguardiente, pues compartía con el Marqués de Valdehoyos la propiedad del Alambique.
La Casa de Don Andrés de Madariaga y Morales, Conde de Pestagua, identificada hoy con el número 33‐29 de la Calle de Santo Domingo o Calle Real como se le llamaba en la Colonia, con su portal alto de prestigio y un balcón largo, símbolo de nobleza, es considerada como de primer orden dentro del conjunto amurallado.